27.3.10

Capítulo 16. Claridad.

En un determinado momento piensas que estás solo. Que aquellos a los que considerabas amigos ya no están, bien porque se han ido por un determinado motivo, bien porque les has echado sin más.
Estás practicamente solo, y lo único que te queda es tu conciencia para gritarte "¡¿qué estás haciendo?!" o "¡¿por qué no miras atrás y arreglas todo?!", pero como siempre, te limitas a ponerte los cascos y escuchar algo de música, sin ningún tipo de mensaje, tan solo para aislarte de la solución, tan difícil debida al orgullo.
Realmente todo empieza por perdonarte a ti mismo todos tus errores. ¿Fácil? Inténtalo. Cuando te quedes sin sangre en las venas lo comprobarás.
Y si por algún tipo de suerte divina es posible lograr eso, luego queda la parte realmente complicada, y es que los demás te perdonen.
Es realmente dificil, porque para perdonar a alguien has de comrpenderle y ponerte en su lugar, pero por orgullo nunca revelarás todo lo que pasa por tu cabeza, todo lo que esa voz te decía antes de quedarse afónica mientras la ignorabas.
Has de borrar ciertas partes del pasado para poder pasar a través del pozo que hay en tu camino, porque al final, lo único que realmente importa es tener en quién confiar cuando te rompes una pierna al tropezar con las mismas piedras de siempre.
El tiempo se evapora, y apenas hay oportunidades para enmendar los errores. Has de recordar el por qué estás hoy aquí y que al igual que las cosas han cambiado, también han cambiado las manos a las que agarrarte cuando tu alma se siente derrotada.
La misma fuerza de siempre, muchísimo más rapido. Y tu pecho ya no puede con esa presión.

20.3.10

Capítulo 15. Vientre.

No seas uno más, y camina erguido si pretendes que el gentío no te pisotee.
No cargues con el Sol sobre tus hombros. Es inútil, te carbonizarás antes de poder siquiera acercarte a su magnífico brillo. Haz que tus actos irradien corazón.
Para bien o mal haz caso a tu razón. Pero se consciente de que hay veces que habrás de guiarte por tus vísceras.
Tu pulmón también tiene poder para elegir. Cada calada te arrebata vida, y lo pagas.
No finjas que haces los deberes para pasar la tarde y tener contentos a tus padres.
La vida te devolverá lo que des, te exigirá lo que debes. Corrige cada fallo.
Sigue lo que sueñas, sé un idealista. Camina sin miedo. Que tu alma sienta que jamás estará en venta.
El mayor reto es mantener una perspectiva positiva de la vida. Somos lo que somos, nada más.
Porque en un reloj de arena, el tiempo es relativo...

18.3.10

Capítulo 14. Colina abajo.

No puedes sonreir sin que la gente te pregunte "¿por qué sonries?".
No puedes abstraerte del mundo sin que nadie te pregunte "¿en qué piensas?"
.
No puedes estar serio sin una insoportable voz diciendo "¿que te pasa?"
.
Y desde luego, no puedes derramar una lágrima sin evitar que un melancólico timbre resuene en tus oidos con un irritante "¿estás bien?", y te haga profundizar en tus recuerdos más dolorosos, que tanto tiempo llevas intentando borrar de tu cabeza, sin éxito, ya que sabes que si lo lograses, cometerías de nuevo el mismo error.


Te sales del camino, y corres campo través hasta alcanzar un pequeño sendero que te enderece hacia tu destino.

Una rosa blanca brilla al otro lado, y te indica hacia donde has de caminar.

Y cuando por fin encuentras el sendero por el que caminar feliz y tranquilo, llegas a un cruce que pocos meses antes abandonaste, y te frustas.

Pensabas que no tendrías que volver a tropezar con esas piedras negras, pero te equivocabas. Siempre te equivocas.


Pero ahora sabes como enfrentarte a ello, y no parece tan dificil. Además ahora tu vida discurre por otras aguas más mansas, y te lo tomas con tranquilidad, observando por donde fluyen los problemas.

No debes complicar las cosas más de lo necesario, ¿verdad?

Sería una estupidez.


Pero claro, olvidaba que solo somos humanos...

13.3.10

~Embolium~ Esclavos.

¿Y si un beso no fuese suficiente para suturar las heridas causadas por el imparable latir de tu corazón?


¿Y si el incansable bombeo destrozase todo tu organismo debido a un sentimiento más fuerte que cualquier poder existente?


El pulso incesante e hiriente que traspasa tu pecho y piensas en aliviarlo con alcohol, y un barman al que le deberían convalidar hasta 5º de psicología.


Pensarías que estás atado a una maldición, y te refugiarías en tus demencias mentales, buscando el consuelo.


Guardarías tus paranoias bajo una capucha, y las esconderías bajo la cama al llegar a casa.


Pero entonces la añoras, y en ese instante comprendes que un segundo sin ella al lado es como un puñal perforándote el tórax, y tan solo con una caricia, todo el malestar que provoca su ausencia se pierde en el olvido.

11.3.10

Capítulo 13. Asfalto.

Si la muerte es solo el fin de la vida...
¿No merece la pena vivir cada instante, sin pensar en que el tiempo se acaba?
Nos estresamos porque nos sentimos asfixiados. Sentimos que nos ahogamos en las aguas de un lienzo pintado a témpera.
Dibujamos un futuro en la acera, con la sangre que sale de nuestra nariz debido a la presión impuesta por una sociedad esclava que la raza humana ha creado, con la esperanza que conseguir la plena libertad individual.
El fallo es que la libertad solo la pueden disfrutar unos pocos por
derecho.
El resto nos la hemos de ganar a pulso, sudor y sangre.

Pretenden que contribuyamos al sistema, pero ¿que coño quieren que demos con una cuenta a cero?

Desde pequeños soñamos con ser los mejores. Tenemos el listón más alto que ninguno, y no toleramos que nadie nos pise para conseguir lo que queremos.

Con el tiempo, empiezas a ver que tus metas son algo más complejas de lo que pensabas, y las vuelves algo más humildes.

Llegas a la madurez mental y comprendes que, aún humildes, aún están lejos de poder ser alcanzadas, y pones tu objetivo a una altura tal que toda la puta sociedad sea capaz de pisarte.


Lo más cojonudo es que quién más te pisotea es aquel capullo imbecil, inculto y patético, que no tiene ni puta idea de nada, que jamás ha tenido que mover un puto dedo para conseguir todo lo que posee.

Critican sin criterio.

Malditos...


Si supiesen lo que es tener que coger carrerilla para saltar un charco, les explotaría el cerebro.

Pero la gente normal tenemos que coger impulso para pasar de un escalón a otro en la vida, y si no llevas la fuerza suficiente, caes y mueres. No hay segundas oportunidades en el salto, y no siempre puedes grimpear.

Por eso has de disfrutar de cada salto que das.

Por eso has de correrte de placer cuando tus pies tocan de nuevo el suelo.

Porque significa que sigues vivo, y aún tienes la oportunidad de tener la ligera posibilidad de estar cerca de poder meterles el puño por el culo a esa panda de cínicos e hipócritas que hacen que cada noche no pueda dormir a gusto hasta que me acuerdo, amablemente, de todos sus putos muertos.

Por su propio peso todo cae.

Que le cuenten a otro el cuento, que yo ya pierdo oido de hacerme tanto el sordo.


Ya conoces el poder,

ahora úsalo.

9.3.10

Capítulo 12. Marcapasos.

Un extraño dolor te pinza el estómago, y hace que tus rodillas toquen el suelo.
Tu frente se acerca a la acera, pero tienes claros los objetivos, y el fin es avanzar sin acariciar la lona.

Y mientras los demás observan, te miran mal, en una ciudad llena de mutantes, sin respetarte, y su único deseo es tumbarte en una ciudad pintada a sangre sobre un lienzo.


Ese dolor de estómago se extiende, lo notas, y ni un gota a gota impide que llegue a tu corazón. Te duele, y pides a gritos un chute de morfina, nitroglicerina, da igual. Todo vale con tal de ahogar el sufrimiento.


La misión tan solo es sobrevivir en un bucle eterno, rodeado de hijoputas que no hacen más que hablar, y ni siquiera saben hacerlo bien. Su cinismo te permite romperles con tan solo un par de frases. No merecen más.
Hablan pero no escuchan.

Lo único que hacen es envenar el ambiente con humo, botellas rotas, que impregnan el aire con un espantoso aroma a alcohol.


Si te paras a escuchar, la banda sonora que inunda tu vida está basada en gritos de odio, golpes contra el asfalto, cristales rompiéndose en las cabezas de los imbéciles que no saben cuidar de sí mismos y llantos acallados con una bofetada.


Tan solo podemos vivir a la defensiva, esperando que la sociedad se ahogue a si misma de una puta vez y podamos salir a la calle y ser capaces de valernos por nosotros mismos, sin depender de nada ni nadie.
Esperar que el humo del cigarro del capullo del al lado no te corte el aliento. Esperar que ese mismo capullo no te corte el cuello al salir del bar. Esperar que no llueva plomo por un instinto de ira sin fundamento.


Tan solo puedes buscar tu sitio entre párrafos, donde sobran espacios para respirar, con tu gente al lado, haciendo que el verso corte al silencio, que el aliento corte el aire, que un párrafo llene los oidos de los sordos, y deslumbre a los ciegos.


Tan solo estarás listo para luchar cuando el saltar entre tejados sea un maldito paseo andando.
Cuando todo en lo que crees se derrumbe y te haga ver la realidad, y te auto-impongas la superación.

Cuando el aliento de la persona en quién más confias derrumbe tu castillo de naipes.
Cuando te duela un beso.

1.3.10

Capítulo 11. Necrosis.


¿Y si todo hubiese sido distinto?

El guerrero se habría quedado a vivir en su pequeña aldea, con los "amigos" de la infancia.

Se habría dedicado a trabajar la tierra para tener comida cada día.

Seguiría soñando con la infinita inmensidad del mundo que le rodea, al mirar cada noche al cielo.

Viviría encerrado en una cárcel que el mismo habría forjado a sangre y fuego.

Tendría que lamerle el culo a ciertos entes "superiores" para que le permitiesen seguir viviendo cada amanecer.

Habría tenido una vida "sencilla", sin complicaciones lo suficientemente poderosas para turbar su sueño.

No habría sufrido tanto por cada herida recibida en combate.

No habría conocido a ciertas personas que le han hecho conocer la felicidad, y amar la vida.

No conocería una ínfima parte de la realidad.

No habría sentido vergüenza ajena ante el cinismo que domina a la raza humana.

No habría tenido la oportunidad de comprender el valor del espacio, el tiempo, la vida, la muerte.
No entendería el error de añadir fuego al fuego.
Sería una vida vivida en el silencio...



Pero no fué así.

Tomó una decisión.

Ahora es como esa luz que te ciega.

Es el cloroformo que hace que te desmayes ante su presencia.

Es esa voz que hace que tus tímpanos tiemblen de miedo.
Es el colmillo perforando tu cuello.
Es ese escalofrío involuntario que te escarcha la piel.
Es el agua mezclada con la tierra, que hace que andes con dificultad, enterrando tus pies en la profundidad.

Es la tiniebla que percute en tus pesadillas.
Es el veneno mezclado con el vino.
Es un temblor de tierra en tu camino.

Es el frasco que contiene tu destino.

Es la lírica que ennegrece tu corazón.