9.3.10

Capítulo 12. Marcapasos.

Un extraño dolor te pinza el estómago, y hace que tus rodillas toquen el suelo.
Tu frente se acerca a la acera, pero tienes claros los objetivos, y el fin es avanzar sin acariciar la lona.

Y mientras los demás observan, te miran mal, en una ciudad llena de mutantes, sin respetarte, y su único deseo es tumbarte en una ciudad pintada a sangre sobre un lienzo.


Ese dolor de estómago se extiende, lo notas, y ni un gota a gota impide que llegue a tu corazón. Te duele, y pides a gritos un chute de morfina, nitroglicerina, da igual. Todo vale con tal de ahogar el sufrimiento.


La misión tan solo es sobrevivir en un bucle eterno, rodeado de hijoputas que no hacen más que hablar, y ni siquiera saben hacerlo bien. Su cinismo te permite romperles con tan solo un par de frases. No merecen más.
Hablan pero no escuchan.

Lo único que hacen es envenar el ambiente con humo, botellas rotas, que impregnan el aire con un espantoso aroma a alcohol.


Si te paras a escuchar, la banda sonora que inunda tu vida está basada en gritos de odio, golpes contra el asfalto, cristales rompiéndose en las cabezas de los imbéciles que no saben cuidar de sí mismos y llantos acallados con una bofetada.


Tan solo podemos vivir a la defensiva, esperando que la sociedad se ahogue a si misma de una puta vez y podamos salir a la calle y ser capaces de valernos por nosotros mismos, sin depender de nada ni nadie.
Esperar que el humo del cigarro del capullo del al lado no te corte el aliento. Esperar que ese mismo capullo no te corte el cuello al salir del bar. Esperar que no llueva plomo por un instinto de ira sin fundamento.


Tan solo puedes buscar tu sitio entre párrafos, donde sobran espacios para respirar, con tu gente al lado, haciendo que el verso corte al silencio, que el aliento corte el aire, que un párrafo llene los oidos de los sordos, y deslumbre a los ciegos.


Tan solo estarás listo para luchar cuando el saltar entre tejados sea un maldito paseo andando.
Cuando todo en lo que crees se derrumbe y te haga ver la realidad, y te auto-impongas la superación.

Cuando el aliento de la persona en quién más confias derrumbe tu castillo de naipes.
Cuando te duela un beso.

1 comentario:

  1. Siempre sabe mejor el aire tras recobrar la respiración al final de cada entrada, sabes?

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