No puedes sonreir sin que la gente te pregunte "¿por qué sonries?".
No puedes abstraerte del mundo sin que nadie te pregunte "¿en qué piensas?".
No puedes estar serio sin una insoportable voz diciendo "¿que te pasa?".
Y desde luego, no puedes derramar una lágrima sin evitar que un melancólico timbre resuene en tus oidos con un irritante "¿estás bien?", y te haga profundizar en tus recuerdos más dolorosos, que tanto tiempo llevas intentando borrar de tu cabeza, sin éxito, ya que sabes que si lo lograses, cometerías de nuevo el mismo error.
Te sales del camino, y corres campo través hasta alcanzar un pequeño sendero que te enderece hacia tu destino.
Una rosa blanca brilla al otro lado, y te indica hacia donde has de caminar.
Y cuando por fin encuentras el sendero por el que caminar feliz y tranquilo, llegas a un cruce que pocos meses antes abandonaste, y te frustas.
Pensabas que no tendrías que volver a tropezar con esas piedras negras, pero te equivocabas. Siempre te equivocas.
Pero ahora sabes como enfrentarte a ello, y no parece tan dificil. Además ahora tu vida discurre por otras aguas más mansas, y te lo tomas con tranquilidad, observando por donde fluyen los problemas.
No debes complicar las cosas más de lo necesario, ¿verdad?
Sería una estupidez.
Pero claro, olvidaba que solo somos humanos...
No puedes abstraerte del mundo sin que nadie te pregunte "¿en qué piensas?".
No puedes estar serio sin una insoportable voz diciendo "¿que te pasa?".
Y desde luego, no puedes derramar una lágrima sin evitar que un melancólico timbre resuene en tus oidos con un irritante "¿estás bien?", y te haga profundizar en tus recuerdos más dolorosos, que tanto tiempo llevas intentando borrar de tu cabeza, sin éxito, ya que sabes que si lo lograses, cometerías de nuevo el mismo error.
Te sales del camino, y corres campo través hasta alcanzar un pequeño sendero que te enderece hacia tu destino.
Una rosa blanca brilla al otro lado, y te indica hacia donde has de caminar.
Y cuando por fin encuentras el sendero por el que caminar feliz y tranquilo, llegas a un cruce que pocos meses antes abandonaste, y te frustas.
Pensabas que no tendrías que volver a tropezar con esas piedras negras, pero te equivocabas. Siempre te equivocas.
Pero ahora sabes como enfrentarte a ello, y no parece tan dificil. Además ahora tu vida discurre por otras aguas más mansas, y te lo tomas con tranquilidad, observando por donde fluyen los problemas.
No debes complicar las cosas más de lo necesario, ¿verdad?
Sería una estupidez.
Pero claro, olvidaba que solo somos humanos...
¿Por qué tengo ganas de llorar?
ResponderEliminarde todas las cosas que has escrito, de cada palabra que has dejado en este blog...creo que estas, son con las q mas me he identificado y no se si alegrarme o enloquecer.
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